Preparación de
los cuestionarios
E1
Cuestionario del ALP1 fue confeccionado por Tomás Navarro con la cooperación de
Amado Alonso y Angel Lacalle, quienes trabajaron fundamentalmente a partir de
los del ALF y del AIS en la parte dedicada al léxico. El Cuestionario del ALEA
fue elaborado en el año 1952. En la redacción del Cuestionario del aquel atlas,
Manuel Alvar tuvo en cuenta los del ALPI, el Cuestionario del ALC de Griera, el
del A. L. de Francia por regiones, el cuestionario lingüístico Hispanoamericano
de Navarro Tomás.
Cuando se proyecta un atlas regional se atiende a la
realidad interna del territorio estudiado, buscan un marco de mayores
dimensiones para encajar las piezas, y también buscan coordinarlas con otros
atlas regionales. En la preparación del cuestionario de un Atlas de pequeño
dominio es imprescindible tener en cuenta el tiempo cuando se realizó los
trabajos anteriores de cada territorio en cuestión para poder plasmar la
realidad lingüística (y, en su caso, etnográfica) propia. Los atlas lingüísticos
de grandes dominios sirven de marco y los de pequeño dominio con los que se
pretende que los datos sean comparables.
Los contenidos de los cuestionarios
Según Buesa Oliver, Tomás y Flores Luis (1954):” Atlas
Lingüístico-Etnográfico de Colombia” Centro Virtual Cervantes. BICC, X, pp.
150. La experiencia de diversos
dialectólogos aconseja que los recolectores del material para un atlas deben
poseer una buena preparación, antes de que comiencen las encuestas sobre el
terreno. Los resultados de la investigación dependen de los exploradores, ellos
son los primeros que reflejan con signos fonéticos los sonidos emitidos por las
bocas de los informantes.
Durante una encuesta, se procura plantear cada
pregunta siempre del mismo modo en todas las localidades para evitar
complicaciones en las respuestas. Las preguntas se realizan con métodos
indirectos como gestos, rodeos o perífrasis con el fin de que sean más
espontáneas y auténticas, y que el informador no esté influido por el
explorador. Para determinados aspectos léxicos, se utiliza álbumes de
fotografías y dibujos para enseñar los objetos. No siempre se puede registrar
las respuestas indirectamente, por eso de vez de dejarlas en blanco se las
obtiene preguntando directamente al individuo. Suelen anotar al lado de cada
respuesta, un signo auxiliar indicador del procedimiento usado y la reacción de
cada informante. Gracias a estos signos, cuando el lingüista examina los
resultados, estará en condiciones de comparar y explicar correctamente cada
respuesta. Se pretende copiar la primera contestación que se da el individuo
para evitar la repetición de las preguntas.
E1 Cuestionario de Griera, constó de 2886 preguntas, número
considerablemente alto, al del ALF que tenía 1820, y es de carácter fundamentalmente
léxico, aunque con presencia también de algunas cuestiones referidas a la
morfología. Las preguntas se presentan como una secuencia vertical de palabras
aisladas, organizadas sobre la base del significado. E1 Cuestionario del ALPI
contiene dos cuestionarios; uno con 411
preguntas, en el que se reflejan los fenómenos fundamentales articulatorios y
de fonética histórica, el otro cuestionario consiste de las innovaciones metodológicas
del AIS con respecto al ALF. En el ALEA se empleó un cuestionario único, que
comprende de 2500 preguntas (contando las adiciones), en las que se aborda de
modo diferenciado el estudio de la fonética (220 cuestiones), de la morfología,
de la sintaxis (70 frases de estructura sencilla) y del léxico (con unas 2000
preguntas organizadas en campos conceptuales).
En la parte de fonética, en el cuestionario del ALEA
se dedica un número considerable de preguntas al estudio de la suerte seguida
por la -s final, fenómeno de hondas repercusiones morfológicas, ya que afecta a
la formación del plural y a la morfología verbal, además, ha dado lugar a
determinadas “fonologizaciones[1]”
en el subsistema vocálico desconocidas en el castellano común. En todo cuestionario
se mezclan preguntas generales con cuestiones especializadas que deben reflejar
las peculiaridades físicas, económicas y la cultura popular de la región.
[1] MANUEL GONZALEZ GONZALEZ, “METODOLOGÍA DE LOS ATLAS LINGÜÍSTICOS
EN ESPAÑA”, Iker. Vol7, pp. 160
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