Atlas Linguisticos de SuzieQ

jueves, 23 de mayo de 2013

Preparacion de los cuestionarios para los atlas

Preparación de los cuestionarios












E1 Cuestionario del ALP1 fue confeccionado por Tomás Navarro con la cooperación de Amado Alonso y Angel Lacalle, quienes trabajaron fundamentalmente a partir de los del ALF y del AIS en la parte dedicada al léxico. El Cuestionario del ALEA fue elaborado en el año 1952. En la redacción del Cuestionario del aquel atlas, Manuel Alvar tuvo en cuenta los del ALPI, el Cuestionario del ALC de Griera, el del A. L. de Francia por regiones, el cuestionario lingüístico Hispanoamericano de Navarro Tomás.
Cuando se proyecta un atlas regional se atiende a la realidad interna del territorio estudiado, buscan un marco de mayores dimensiones para encajar las piezas, y también buscan coordinarlas con otros atlas regionales. En la preparación del cuestionario de un Atlas de pequeño dominio es imprescindible tener en cuenta el tiempo cuando se realizó los trabajos anteriores de cada territorio en cuestión para poder plasmar la realidad lingüística (y, en su caso, etnográfica) propia. Los atlas lingüísticos de grandes dominios sirven de marco y los de pequeño dominio con los que se pretende que los datos sean comparables.
Los contenidos de los cuestionarios
Según Buesa Oliver, Tomás y Flores Luis (1954):” Atlas Lingüístico-Etnográfico de Colombia” Centro Virtual Cervantes. BICC, X, pp. 150.  La experiencia de diversos dialectólogos aconseja que los recolectores del material para un atlas deben poseer una buena preparación, antes de que comiencen las encuestas sobre el terreno. Los resultados de la investigación dependen de los exploradores, ellos son los primeros que reflejan con signos fonéticos los sonidos emitidos por las bocas de los informantes.
Durante una encuesta, se procura plantear cada pregunta siempre del mismo modo en todas las localidades para evitar complicaciones en las respuestas. Las preguntas se realizan con métodos indirectos como gestos, rodeos o perífrasis con el fin de que sean más espontáneas y auténticas, y que el informador no esté influido por el explorador. Para determinados aspectos léxicos, se utiliza álbumes de fotografías y dibujos para enseñar los objetos. No siempre se puede registrar las respuestas indirectamente, por eso de vez de dejarlas en blanco se las obtiene preguntando directamente al individuo. Suelen anotar al lado de cada respuesta, un signo auxiliar indicador del procedimiento usado y la reacción de cada informante. Gracias a estos signos, cuando el lingüista examina los resultados, estará en condiciones de comparar y explicar correctamente cada respuesta. Se pretende copiar la primera contestación que se da el individuo para evitar la repetición de las preguntas.

E1 Cuestionario de Griera, constó de 2886 preguntas, número considerablemente alto, al del ALF que tenía 1820, y es de carácter fundamentalmente léxico, aunque con presencia también de algunas cuestiones referidas a la morfología. Las preguntas se presentan como una secuencia vertical de palabras aisladas, organizadas sobre la base del significado. E1 Cuestionario del ALPI contiene dos cuestionarios; uno  con 411 preguntas, en el que se reflejan los fenómenos fundamentales articulatorios y de fonética histórica, el otro cuestionario consiste de las innovaciones metodológicas del AIS con respecto al ALF. En el ALEA se empleó un cuestionario único, que comprende de 2500 preguntas (contando las adiciones), en las que se aborda de modo diferenciado el estudio de la fonética (220 cuestiones), de la morfología, de la sintaxis (70 frases de estructura sencilla) y del léxico (con unas 2000 preguntas organizadas en campos conceptuales).
En la parte de fonética, en el cuestionario del ALEA se dedica un número considerable de preguntas al estudio de la suerte seguida por la -s final, fenómeno de hondas repercusiones morfológicas, ya que afecta a la formación del plural y a la morfología verbal, además, ha dado lugar a determinadas “fonologizaciones[1]” en el subsistema vocálico desconocidas en el castellano común. En todo cuestionario se mezclan preguntas generales con cuestiones especializadas que deben reflejar las peculiaridades físicas, económicas y la cultura popular de la región.










[1] MANUEL GONZALEZ GONZALEZ, “METODOLOGÍA DE LOS ATLAS LINGÜÍSTICOS
EN ESPAÑA”, Iker. Vol7, pp. 160

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